Es difícil resistirse a los cayos e islotes que hacen que Andros se sienta como un pedazo de cielo caído a la Tierra. Por supuesto, su costa irregular parece un lugar más adecuado para piratas que para ángeles. La mente humana no puede evitar dejarse llevar por visiones de piratas y tesoros enterrados de hace siglos mientras observa las playas vírgenes, el agua azul y el terreno indómito que define la isla. Mientras que algunas personas vienen aquí a pescar, otras se sienten atraídas por las tranquilas playas que bordean esta masa de tierra escasamente poblada. La barrera de coral de Andros está repleta de vida marina exótica. Además, un profundo abismo conocido como la Lengua del Océano es el hogar de algunas de las poblaciones de vida marina más exóticas que existen. Los agujeros azules y las cuevas submarinas atraen a buceadores de todo el mundo. La isla está dulcemente perfumada por más de 50 especies de orquídeas silvestres. A los visitantes les encanta buscar tesoros rumoreados en Morgan’s Bluff o explorar la pared submarina más famosa de las Bahamas en Andros Wall.
